jueves, 14 de abril de 2011

Bienvenidos al carrusel

Con las manos vacías, las tripas revueltas, llena de incertidumbres, con una educación que te serviría para lo básico en tu vida, que mas adelante complementarias, con los valores de una familia humilde de campo, pero residiendo en la ciudad, conociste aquel hombre apuesto para tus ojos, alto que te juraba el cielo y llevarte a las nubes, para que encontrarás con la luna; Don Jorge, ascendiente directo de una familia Judía, que en sus tiempos residía en Israel, pero adaptado a la disciplina católica, conociste a una mujer maravillosa que luego de unos largos meses la hiciste tu señora, juraron amarse y respetarse hasta que la muerte los separara, se llenaron sus manos con caricias y se dijeron a sí mismos “contigo Pan y cebolla”  y así se prometieron estar juntos. Luego de un par de años concibieron a su primera maravilla Rebeca de los Ángeles, llenos de gozos celebrando, invitaron a la familia celebraron, lloraron de emoción al ver el fruto del amor que hoy les trajo a su primera hija. Después la difícil vida más adelante, las manos partidas por el frío y el trabajo, la plata que no alcanza, Doña Elizabeth y Don Jorge de casa en casa que su humilde condición podía pagar, se le diagnostico Diabetes a Don Jorge, nadie nunca se imaginó que esto traería fatales consecuencias más adelante, trajo consigo esta desgracia a algo totalmente lleno de felicidad; su segundo Hijo llamado como el Padre que ayudo a la creación de esta Jorge Esteban, los años pasaban se estabilizaron compraron su casa, pero una copa marcó la diferencia.
Luego de 9 complicados años, llego un noticia inesperada, fuiste al médico porque te diagnosticaron un quiste en el útero que sería operado un día Sábado, el día viernes fuiste al último examen y se te llenaron los ojos con las más sinceras lagrimas de felicidad al escuchar:  no la podremos operar mañana, porque tiene 12 semanas de gestación felicidades. Recuerdo que me contaste que llorabas mientras conducías y no faltaba aquel que te preguntaba; ¿Señora le pasa algo?  ¿Quién se iba a imaginar que ese bebe te traería tantas cosas nuevas?
 Recuerdo que mi padre me dijo que herede la memoria de su padre y claro que tenías razón, recuerdo tonterías que ni mi madre recuerda, pasaron los años y me hice muy apegada a la familia, pero yo nunca pensé que a mi corta edad de tres años, algo marcaría mi vida para siempre, el recuerdo de verte triste y llorando, rezando porque las cosas cambiaran, sentada en el sofá abrazada de Jorgito que te decía: mami tranquila ya pasará… recuerdo que yo veía televisión en tu pieza, era una cama tan cómoda, recuerdo una discusión detrás de la puerta, recuerdo que alguien golpeo la pared, yo salí cuando escuche un: ¡quédate ahí!, recuerdo haber visto esas manos que hace algún tiempo atrás le juraban amor eterno a una mujer, hoy le apretaba el cuello. Después creo que mi hermana me tapo los ojos y solo escuchaba llantos, luego la ausencia de mi padre se hizo presente, cada día lo veía un poco menos, pasaron los años, y siempre que preguntaba por él tu me decías que estaba cuidando a mi abuela. Cuando los años pasan sin un padre presente se crea una ausencia que ni el mismo psicólogo puede explicar, pero no se puede pedir más a la vida según dicen los sabios nada es para siempre. A los 5 años en el kínder me destacaba por dibujar, y me Lela siempre me decía que sería una gran doctora que algún día yo la atendería a ella. Desde pequeña no me gustaban las reglas que imponía el Madre Vicencia, cuando ellos decían uniforme yo quería ir con ropa de calle. Seguí creciendo y a los nueve años me enteré de algo que en mis años de infancia jamás me debería haber enterado. Un día de noche yo en la casa de mi fiel Lela, rodeando las 9 de la noche, mi desaparecido padre llego con los ojos rojos gritando golpeo la puerta y la llegada de los carabineros no tardaron, yo me escondía bajo la cama, lloraba sin consuelo, te llevaron y mi lela me abrazó. Y a los días con el regreso de mi madre, me di cuenta que mi padre era alcohólico, para que mentir y aparentar una familia feliz se me vino me mundo abajo pero el apoyo de mi familia seguía ahí.
Yo misma, criadas por al menos 9 nanas en mi infancia, nunca me cuestione porque mi madre no estaba conmigo en esos momentos del día ya que entendía que ella tenía que trabajar, no sabía porque pero tampoco me lo cuestionaba. Yo siempre quise ser grande, no decepcionar a nadie soñaba, y rezaba le pedía a Dios que jamás me dejara sola hasta que un día Dios desapareció y dejo su silencio, ¿Qué se iba a hacer? Una niña con preguntas sobre su vida donde se llego a sentir estúpida por hablarle a la nada.





Al pasar tan rápido los años, cree una personalidad algo extrovertida, me metí  a talleres, mientras ayudaba a mi madre, las peleas nunca se acabaron, ya que una familia donde no existe el amor existe las desgracias y unas tras otras nunca acababan. Me hacia un lugar en los brazos para sentir la indiferencia, me sentía enferma, tenia insomnio y frío. Por las noches lloraba de dolor, el desconsuelo se hacía cotidiano en mi vida, era un dolor rico y silencio que siempre explotaba de la peor forma. Pero aprendí a salir de ellos crecí y crecí como persona, trate de ser la mejor incluso hasta hace un año atrás yo seguía siendo la misma niña estúpida que todo criticaba  y no aportaba nada para cambiarlo, me convertí en lo que yo suelo criticar, y ahí fue cuando me di cuenta, que el camino no era ese. Debía ser firme, criticar, si seguir criticando pero ya no  al resto si no a mí misma, pensar el porqué hago las cosas, empecé a ser más tolerante, escuche música nueva, sufrí por un par de amores, tome unos tragos de mas, y el cigarro se asomaba por la puerta mas pequeña y hasta hoy no lo he echado de mi casa. En unos trabajos voluntarios una profesora me dijo algo que reafirmo mas mi camino y descubrí que ese era pero hace un par de semanas luego de un montón de cosas buenas ya no sentía frio ni tenía insomnio, no escuchaba discusiones todo estaba bien. El fallecimiento de aquella mujer que tantas veces me abrazo, con sus manos cálidas, me defendió y me malcrío, me lleno de golosinas y me enseño un montón de cosas, falleció la mujer que jamás lo imaginé mi Lela, llegue en el momento preciso que ya te habías ido no alcance y a darte un último abrazo, ni una última caricia, ni siquiera contarte los cuentos infantiles que cuando era niña tu me contabas, se me vino mi universo entero abajo, esa noche hice un par de llamadas y la llegada de mi hermano fue inmediata, me senté en la cuneta de la calle, fume un cigarro tras otro, y mi hermano me abrazo, lloramos como niños chicos, gritamos y después de un rato reímos. El día en que te ibas para siempre físicamente, pedí despedirte, dije unas palabras que nunca nadie se imaginó en su vida que yo diría, firme sin botar ninguna lagrima te dije buenas noches. Con la llegada de los días próximos tratando de llenar las palmas de luces, encontré una canción “Vida” buscando tus pasitos caí con el vestido de la vieja ruina escondida en el closet del mundo imaginario que nunca visite, en cambio en busca de tus huesos gastados por la lucha en la guerra infinita por todo y por nada a la cual le llamamos vida, aprendí a valorar aun más la familia, los estudios, no seré doctora porque mis planes cambiaron, pero como el viejo dijo Hijo en lo que sea pero el mejor. Nos volveremos a encontrar todos, juntos nos perderemos contando las estrellas, de a poco voy perdonando a mi padre por todo, valorando a mi madre, aprendiendo de cada persona que se cruza en mi camino, se podría decir que ya no hay noches frías ni malos tratos, el circo y la disciplina de este se hizo cotidiano en mi vida pero solo sé que tengo que volver a reescribir la historia contada desde hoy. Porque no soy mucho tampoco quiero ser menos solo un aplauso le pido a este artista chileno            



 Gabriela Levy

1 comentario:

  1. Que lindo Gaby!!! obvio que las fotos también son tuyas.... este texto cumple con la premisa que tanto les hablé... está escrito desde el corazón... desde tu interior... gracias

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